Si has adquirido ya la costumbre de practicar la reflexión, sabrás que ahora ya tienes la costumbre de observar, tanto lo de fuera como lo de dentro, que esto último es más difícil que lo primero. Estoy convencido que hay seres que pasan por una misma calle durante toda su vida y ni siquiera se han dado cuenta del hermoso árbol que ahí habita. Y evidentemente, pasan por ella sin darse cuenta en lo que les muestra a través de puertas y ventanas, personas, autos, niños corriendo en las banquetas, gatos, perros, pajaritos cantando y algún necesitado que pide unas monedas para poder llevarse algo al estomago; pero si quien pide tiene una fea presencia en él si suelen darse cuenta, por que quizá resalta, esos seres a los que hago referencia, entre otros motivos, y el principal es que se fijan en el necesitado para poder hacer agravio comparativo y comprobar que ellos están en el lado bueno de la vida. Por tanto, sin percatarse de ello, han realizado la contemplación hacia fuera, pero siguen sin contemplar hacia dentro. Y esto es lo que me gustaría que reflexionáramos hoy, en la contemplación verdadera hacia dentro de tu ser. Sí, te invito a contemplarte, a sumergirte en los laberintos del pensamiento y de tus sentimientos, a enfrentar tu imagen (la externa, la física), en el espejo de tu conciencia, por tanto, a comparar tu YO físico con tu YO espiritual. Y es en esta tarea crees a través de tu reflexión un espacio mágico para que seas conducido(a) y sin que haya un momento de descanso, por un camino vertiginoso donde la realidad desaparece difuminada como manchas blancas que lo deforman todo, o que convierten todo lo material en abstracto, en algo que está más allá de tu propio entendimiento.
¿Qué les gusta a unos y qué les gusta a otros? Esta dualidad que existe en los seres humanos, esa doble cara, o esa parte oculta que todos arrastran y esconden, en unos violenta y salvaje; en otros sensual y sensible; o ingeniosa y audaz, inteligente y genial, torpe y terca…
La lucha por saber quiénes son y por qué no pueden sacar el otro YO. Ellos que quieren ser otros, o viceversa, ese SER maravilloso que todos llevan dentro y que se manifiesta pero que apartan, esos otros YO que intentan eludir anegándose en la negatividad de los sentidos que les ofrece el mundo grosero y corrompido del consumo, y que los aleja de ustedes mismos, de su YO interior, y los destierra de La contemplación: la única manera, que existe de concertación para conocerse bien y a fondo y saber la verdad de lo que son y lo que anhelan.
Por eso hoy, los invito a recorrer su propia ficción, sus sueños, QUIENES SON REALMENTE CADA UNO Y UNA DE USTEDES, un camino en el que encontrarás, mediante claves lo que puede discernir, para que puedas sacar tus propias conclusiones, y puedas mirarte en el espejo, en ese espejo en el que podrás descubrir tus verdades, las de dentro, las del alma, las que te han llevado a ocultarte, las que te redimirán de tus tropiezos, las que te protegerán de tus fantasmas, porque no hay nada que puedas hacer si no tomas la iniciativa de tu propio cambio, en este caso mirarte hacia dentro y descubrir, saber lo qué eres, y qué deseas, aprender el arte de contemplarte hacia dentro.
El tiempo no se detiene cuando contemplas; pero si te brinda la afable oportunidad de saber la verdad sobre ti.
Tomas el reto?
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