lunes, 30 de enero de 2012

CURAR AL NIÑO(A) INTERIOR






Sin importar qué edad tengas, todos llevan en su interior a un niño(a) herido. Que ha recibido estas heridas por no haber sido fielmente tratado con amor, o por no haber recibido amor y cuidado del modo que se necesitaba.
Uno de los pasos fundamentales para crecer y poder amarse a ustedes mismos es conocer a su niño(a) interior, y darle ese amor que tanto necesita.
De lo contrario, te comportas identificado inconscientemente con él(ella), y esto afecta a tus relaciones de pareja, con los colegas de trabajo y amigos, bueno afecta a toda relación que entables.

Saber diferenciar a ese niño interno de tu faceta adulta es imprescindible, sino esperas que tu pareja o alguien más le cuiden, y proyectas en el otro a papá o mamá. Y esto está destinado al fracaso, puesto que nadie puede darle a ese niño(a) lo que necesita. Es tu y solo tu responsabilidad hacerlo.

La mayoría de las veces que sientes miedo, en realidad quien lo siente es el niño(a) interior. Conocer el origen de esos miedos es el primer gran paso para poder superarlos.

El niño(a) interior tiene básicamente cuatro miedos:

Uno de ellos es el miedo a enfrentar. Teme que, al hacerlo, sea rechazado. Este miedo lleva a caer en patrones de víctima, o a ser cobarde, tímido(a), y a sentirse inferior a los demás.
Así que si percibes que no te animas a decir lo que quieres, lo que necesitas o lo que te disgusta, en realidad es tu niño(a) interior quien te está limitando. Y si no enfrentas las situaciones desde tu adulto, y callas lo que de verdad necesitas decir, estás creando serias dificultades en tus relaciones personales, y sentirás impotencia e insatisfacción.
Otro miedo que siente es el miedo al abandono. Esto lleva a sentir celos, a ser posesivo(a), y a tener la necesidad de manipular.
La única manera de superar este temor es garantizarle que tú siempre estarás con él (ella), que le cuidarás y atenderás incondicionalmente, siempre.
El miedo a la pérdida que siente este niño(a) te lleva a sentir una profunda inseguridad. Para ocultar este miedo, tu ego se disfraza de lo opuesto, y entonces adoptas una actitud agresiva, y pueden llegar a ser incluso fanáticos.
Y el miedo a la muerte que siente ese niño(a) interior se transforma en desconfianza, egoísmo, apegos, fobias e histerias.
Al hacerse conscientes de cuál es el origen de sus miedos, pueden sanarlos desde la raíz, y para esto es imprescindible establecer una conexión amorosa y profunda con el niño(a) interior.
De este modo sanan las heridas del pasado, y pueden crear para ustedes, todas y todos, realidades libres de inseguridades y bloqueos.
AMA A TU NIÑO(A) Y CRECE EN LA LIBERTAD DE LA SABIDURÍA DE CONOCER LA VIDA.

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