jueves, 26 de enero de 2012

SI TE AMAS LOGRARAS HACER MILAGROS!


SI APRENDES A AMARTE… HARÁS MILAGROS!

Hoy, nos hace falta un poco de decir, más que pensar…
Desde que esta amiga aprendió a amarse incondicionalmente, su realidad exterior, que refleja con precisión cómo es su mundo interno, también dejó de imponerle condiciones. Como prueba de ello, (si pudiéramos verla, ella es muy gordita)… ¡ESTA ELEVADA DEL PISO!
Seguramente puso en marcha, para su beneficio y para el de los demás, el siguiente círculo virtuoso:
Porque se quiere se siente muy bien, a gusto consigo misma. A los demás, entonces, les resulta fácil quererla.
Quererse y saberse querida hace que se sienta plenamente feliz.
Y sentirse plenamente feliz provoca que, naturalmente, irradie amor hacia los demás y hacia ella misma.
El pequeño ego de la amiga ese que le había regalado u complejo por estar pasadita de peso quedó muy atrás, ya ni se ve, esta claramente en un X plano. Paradójicamente, es mucho más útil ahora que cuando tenía pretensiones de protagonismo excluyente.
Por su expresión, finalmente, podemos adivinar cuál es el secreto de nuestra amiga: está completamente conforme con ser ella misma y siente una profunda gratitud por ser quien es, aunque le haya tocado en suerte ser, en esta vida, gordita…

 Me apruebo tal y como soy.

MI amiga la gordita hizo este ejercicio… se los dejo:

Me gustaría ser de otra forma. Menos complicada, más guapa, más lista, más alta y obvio menos gorda!. Me gustaría saber pintar, esculpir, coser, bordar, cocinar alto gourmet y muchas cosas más y también, no ser tan enormemente gorda!
Pero no sería yo. Yo soy como soy, y me apruebo. No espero que los demás me aprueben tal y como soy. Yo me apruebo y si los demás me aprueban, bien; pero si los demás no me aprueban, es su problema.
Apruebo todas las cosas que hice. Si, tal vez pude haberlas hecho mejor, de otra forma, no darles importancia o darles más importancia, Pero hice lo que supe y lo que pude con lo que sabía y con lo que podía. Por lo tanto, hice lo mejor en cada momento. Y por eso ME APRUEBO.
Cuándo era niña me caí y me hice daño andando en bici. Hoy, con la experiencia que tengo, no habría caído allí donde caí, pero tal vez caería en otra parte o me habría hecho más o menos daño. Pero cuando era niña, yo no sabía que frenar en seco en la bici, podía hacerme caer como me caí. Desde luego que no apruebo hacerme daño, pero sí apruebo que, con lo que yo sabía entonces sobre la bici (que no sabía nada) me caí. Fue un error del que aprendí mucho. Mucho. De este y de otros muchos errores yo aprendí, como aprendemos todos. Y también tuve aciertos y aprendí de ellos. Todo esto forma mi experiencia en la vida. Y la apruebo porque forma parte de mí.
También apruebo como soy, así de gordita. No como me gustaría ser. Me acepto como soy. Que puedo mejorar, ¡ya lo sé! pero con la experiencia y lo que aprendo día a día, mejoro y me apruebo. Sin perfeccionismos que solo sirven para anclarnos y paralizarnos. Me apruebo como soy aquí y  ahora, gordita, así es como soy y por eso… ME ACEPTO, ME APRUEBO Y ME AMO

No crees que deberías repetir esta frase muchas veces tú?: ME ACEPTO, ME APRUEBO Y ME AMO o en cualquier otro orden el qué mas te guste y te acomode!

ÉSTA, ÉSTA ES LA FORMULA AMIGAS Y AMIGOS: 
ME ACEPTO, ME APRUEBO Y ME AMO!!!

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