El honor consiste en preservar hermoso aquello
que uno ha creado y no en proteger falsas ideologías
que presumen defender
los poderosos en nombre de la patria y que solo responden en verdad
al beneficio de su persona.
Nool Balam
Vendieron su alma hace tiempo y ahora están
intentando recuperarla’. Esa es la sensación que muestran los protagonistas de
El buen soldado. En ella, cuatro excombatientes que fueron enviados a las
guerras más significativas en las que Estados Unidos ha participado en los
últimos setenta años, se confiesan arrepentidos por las atrocidades que un día
cometieron en los campos de batalla. ¿A quién he matado, he matado a un niño o
era un vietcom? se pregunta un veterano de la guerra de Vietnam, el mismo que
afirma conmocionado, que la sangre si se puede oler. Todos se alistaron al
Ejército por la misma razón por la que lo siguen haciendo hoy los jóvenes
norteamericanos, la pobreza. La gente que está en lo más bajo de la escala
económica es la que combate en estas guerras, afirma un exsoldado que luchó en
Vietnam. Estaban convencidos de que hacían la guerra para servir a su país, sin
embargo nunca pensaron que podía salir tan caro. Si piensas en empuñar un arma
y disparar contra alguien, la mayoría no puede hacerlo. A un soldado hay que
entrenarlo para que lo haga relata el oficial que sufrió en Iraq la brutal
realidad de masacrar a civiles y asimilarlos como daños colaterales.
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