Si piensas que los tatuajes son solo una moda
de finales del siglo XX, estás equivocado. La cultura de pintarse la piel es
muy antigua, y así lo confirman los restos de una princesa siberiana de hace
2.500 años.
Hace 19 años se descubrieron tres momias en una meseta cerca del
macizo de Altai, en la parte rusa de la cordillera.
Una
de esas momias es la de la princesa Ukok, que lleva
un tatuaje que se ha conservado intacto
durante 2.500 años.
Pero
ahora sus restos viajan a Gorno-Altaisk al oeste de Siberia, y serán
trasladados a un sarcófago de cristal para que los visitantes puedan conocer
estas momias en el Museo Nacional Republicano de Gorno-Altaisk, según ha
publicado el Siberian Times.
Junto a Ukok, que murió con 25 años, se encontró comida de oveja y carne de caballo, así como
seis caballos que servirían para acompañarle en su viaje al más allá.
Se
cree que la princesa Ukok y sus dos guerreros eran miembros
de la tribu nómada Pazyryk, que existían ya en el siglo V a.C.
Fueron descritos por el historiador griego Herodoto.
Por
lo que ha llegado hasta nosotros de la cultura Pazyryk, los tatuajes eran
una forma de identificarse dentro de esta tribu nómada.
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