Aquí te vas a encontrar con una tremenda interrogación plantada al borde del camino que la humanidad ha venido recorriendo hasta ahora y que ha estado caracterizado por la herencia de la Antigüedad y dos mil años o más. Allí donde este camino parece acabarse (dicen algunos) ves sospechosos sus valores más fundamentales.
Absténganse de entrar en estas letras los que aman más las soluciones que los problemas, y buscan "críticas constructivas", no inquietantes.
Absténganse jóvenes-viejos, cansados ya de vivir.
Absténganse prepotentes y voluntariosos, porque "voluntad de poder" no significa ciertamente ambición de mando, ni brutalidad, ni imposición de una orden.
Absténganse los fanáticos religiosos porque no hallarán aquí ningún consuelo a su medida.
¿Quién puede entonces entrar? Quien ame la verdad, a pesar de lo que pueda doler su conocimiento…
Asimismo, el conocimiento que alcanza oídos no preparados puede tener un valor inverso para el alma y para la salud de aquellos que lo aplican y puede ser nefasto para toda la humanidad.
Bendice la copa que quiere desbordarse para que de ella fluya el agua de oro que lleva a todas partes el resplandor de sus delicias.Zaratustra
El ser superior y la plebe.En la vida coexisten dos tipos de clases de seres humanos: aquellos que forman la plebe y aquellos superiores. Estos son diferentes como diferentes son la autenticidad y la mentira, la fuerza y la debilidad, el vigor y la enfermedad y la vida y la muerte.
Los seres superiores.
Los seres superiores son los que tienen que superarse siempre a sí mismos. Son los aristócratas del espíritu. Estirpe de seres superiores, seres con independencia y con mando, almas de elevado linaje. Seres de conocimiento, sabios, honestos, verdaderamente piadosos y virtuosos. Espíritus libres, muy libres que poseen la fuerza y el placer de la voluntad, la voluntad de autodominio. Viven la espiritualidad más elevada y saborean los sentimientos de la gran autosuperación, del silencio y de la soledad. Entienden por naturaleza de lo nuevo mientras respetan el antiguo conocimiento, la vieja tradición.
Para que los seres superiores existan son necesarios sufrimiento y muchas transformaciones, por ello deben tener una vida siempre ardua y más perseverante. Sólo así crecen hasta aquella altura lejana, donde se encuentra aquel verano con fuentes frías y silencio bienaventurado, donde está su altura y su territorio, un lugar demasiado alto y abrupto para los seres de bajos niveles.
Positivos, en su espíritu creador, y lo hacen con la cautela y previsión de no dañar nada. Creadores en su interior de un ser superior, de lo que nadie ha visto aún con sus ojos, el fruto, el espíritu y el alma: eso es lo que su amor entero protege, cuida y alimenta.
Muchas tristes muertes tiene que haber en la vida de estos seres superiores. Para ser el hijo vuelva a nacer el creador mismo tiene que ser también quien da la vida. A través de muchas almas han recorrido su camino, y a través de muchas cunas han adquirido se prestancia. Muchas son las veces que se han despedido, conocen todas las horas finales que desgarran el corazón.
Los súper seres es el sentido de la tierra: permanecen fieles a la tierra y no creen a quien les habla de desesperanzas y catástrofes. Aprecian al cuerpo y aprecian la tierra, y dan digno valor a los cuatro elementos, medios para la nueva creación.
Viven para conocer, y quieren conocer para que alguna vez la humanidad goce de los grandes privilegios. Y quieren así su propio ocaso, para cada ser vivo en el planeta.
Cogen su pesada carga y ascienden hasta la cumbre, hacia el desierto, para tentar al tentador. De sus pasiones surgen sus virtudes y alegrías, virtudes que terminarán con el hombre.
El placer de ser rebaño es más antiguo que el placer de ser un yo: y mientras la conciencia dormida se llame rebaño, sólo la conciencia despierta dice: YO. Los seres superiores, con su espíritu y corazón libres, aparecen entonces dentro de su propia salvedad como SERES ILUMINADOS Y DESPIERTOS.
Cuando LOS SERES HUMANOS empiezan a asomar un poco de luz, ven que la moral y los valores que encuentra en la sociedad en que se desenvuelve se quedan limitados con respecto a su interior y es aquí cuando la debe desechar y crear sus nuevos valores y su nueva moral.
El fundamento de los seres superiores es la voluntad de poder, la voluntad incondicional de poder. Éstos llevan en su interior esa voluntad de poder, poder que les permite obrar según las circunstancias, poder que hace que nazca en su interior la virtud (prudencia, fortaleza, valor, compasión...) y no les deja amedrentarse por adversas que sean las circunstancias exteriores.
La voluntad de poder la vive por ese talante digno, firme, con educación, aristocrático, que da belleza al SER, que lo eleva al nivel donde moran los privilegiados.
A partir de aquí van a conocer los fundamentos que los ayudarán a vivir desde el vacío, sin excusa, firmes, quizá parezca sin refugio. Pero se los querrá impedir su cobardía: ella no quiere que se coloquen en la fría intemperie. Si no tienen oídos para oír este mensaje serán los más infelices de la creación porque prefieren el pequeño placer de los valles al viento helado de las montañas…
En dónde quieres TÚ estar?
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