La
basura no es lugar para vivir. Quien le dio vida al ser no hizo un mundo para
vivir en medio de la basura. Al contrario, hizo para todo ser viviente un paraíso
fantástico para darlo por vivienda. Pero es la derrota, la sensación de
desgracia y fracaso, lo que lleva a muchos a alojarse entre los desperdicios y
las miserias. Todo ser merece vivir en techo propio, rodeados de sus más
preciadas pertenencias pero muchos a causa de la negatividad prefieren vivir
entre la basura.
Y
no es así?... Fíjate en tu rededor, hay
muchas personas hoy en día que, pudiendo vivir en la limpieza y en el orden, en
la belleza y en la cultura, prefieren vivir en medio de desperdicios y desechos
morales. Porque vivir en medio de chismes y discordias, de peleas, de insultos
y maltratos, es vivir posados y entre la basura.
Vivir
en borracheras continuas, en drogas y delitos; andar ocultando con vergüenza
una doble vida; practicar descaradamente toda suerte de aberración moral,
adulterios, abandono de hijos, desfalcos monetarios y traición de confianzas,
es vivir entre la basura. No sólo la ciudad tiene sus basureros; también los
tiene la sociedad que vive en ella.
Debes
desear librarte de toda basura moral. Darte
una vida limpia. Anhelar vivir en armonía y paz. Proporcionarte una completa y
total emancipación. Acepta el hogar mágico que es este mundo, conservarlo, procúralo,
presérvalo. No vivas más en los basureros de este mundo. En tu interior hay
verdadera pureza, vive en ella.
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