La energía del invierno, como quizá pudiste percibirlo,
es densa, transcurre lenta y los invita a la reflexión, a pesar de que se
empeñen en asistir a más fiestas que lo humanamente le es posible. Aunque no quieran,
se cansan más que en otros meses y es cuando les da por estar con ustedes
mismos o más unidos. Por eso sienten deseos de acercarse a la familia y los
amigos, pues ellos les recuerdan lo conocido, el fuego del hogar y lo
confortable de la existencia.
Sin embargo, el círculo del año sigue girando y el 2 de
febrero, que en la mayoría de los países se conoce como Candelaria, regresa la
energía del fuego a la Tierra (hemisferio norte) y comienza el deshielo, ya sea
físico o emocional. Empiezan pues a despertar porque el calor es ya evidente;
además, como febrero siempre tiene prisa, los lleva en un tris a marzo, cuando
la primavera está casi ya ahí y los recibe con su poderosa energía.
Como seres de luz, están conectados con el Universo;
además de que saben cómo se manifiestan los elementos (agua, tierra, viento y
fuego) en su cuerpo, también reconocen la forma en la que lo hacen las estaciones,
por lo que incorporan estos cambios a su vida. Si aún no lo haces o deseas
saber más acerca de ello no te preocupes, los Aluches te iremos guiando poco a
poco en el aprendizaje de este conocimiento tan ancestral.
La primavera representa una etapa de nuevos brotes,
nuevos comienzos. En el otoño se deshacen de aquello que, como hojas secas, ya
no necesitan en sus vidas; el invierno sirve para entender qué ciclos necesitan
cerrar y hacerlo. Ahora, con una semilla joven y nueva, están esperando que
todo cobre vida de nuevo. n
Estás aún a tiempo de dejar ir lo que no necesitas y de
sembrar una semilla nueva que genere lo que realmente estás buscando. Lo que
deseas con todo tu ser. Pero ¿sabes qué es realmente? Ante todo, como cierre
del invierno, te recomiendo que anotes en un papel lo que no deseas ya en tu
vida. Puede ser alguna antipatía, apego viejo, tristeza clavada en el corazón,
trabajo que quieres dejar o lo que se te ocurra. Lo importante es que lo tengas
muy claro. Tan claro como un lago que está ya en la etapa de deshielo. Como tu
cuerpo, mente y alma, listos para crear nuevas y maravillosas cosas en tu vida.
¿Están listos y listas?
Debes anotar de forma sencilla y en una sola frase todas
las cosas que ya no deseas seguir arrastrando. Pero fíjate muy bien lo que
anotas, pues realmente se irán. No vale arrepentirse. Una vez que lo escribiste
en el papel (de preferencia con tinta roja y con una pluma recién comprada y
que sólo usarás en este ritual), quémalo en una vela morada. El morado es
transmutación, es decir, lo estás enviando en forma de humo al Universo. Este
hechizo funciona mejor si lo haces en luna menguante, pues su energía se lleva
lo que ya no deseas.
Cuando están en luna nueva (consulta un calendario lunar)
anota en un papel lo que sí quieres para este nuevo año EN COMIENZO DE
PRIMAVERA). Hazlo en positivo y, de preferencia, máximo tres cosas. ¡Por favor
no quieran aturdir al Cosmos, por favor!!!! Lo fundamental, ahora, es que te
cumpla los deseos más importantes, ya tendrás tiempo para más un poco después.
Ahora, quema estos deseos en una vela blanca. Se los estás enviando al Universo
mediante el fuego. Recuerda que el Universo está compuesto por elementos y, su
energía, te apoya. ¡Todos los seres somos energía elemental! Es muy importante
que guardes las cenizas de estos deseos.
Una vez hecho esto, en luna llena, siembra algunas
semillas (de esas semillitas hermosas (cualesquiera)) en una pequeña maceta y
abónalas con las cenizas de tus deseos y un poco de agua. Sigue las
instrucciones según el tipo de planta, permite que crezca y ten paciencia.
Recuerda que debes ser un ser que confía y sabe esperar...
Sé que la primavera te traerá grandes cosas. La divinidad
está contigo. Basta que la encuentres en tu propio y poderoso interior. ¡Vívete
con magia!
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