martes, 13 de marzo de 2012

KÁAHAL EL GÉNESIS




Y fue que era, como ahora es y será cuando el Dios omnipresente me regaló la vida,  para que a la vez, yo la compartiera con cada uno de ustedes y creáramos Chan Kaah, nuestra aldea…
Era el tiempo del no tiempo, mi cuerpo de piedra y lodo, añejado por el polvo del tiempo, estaba centrado en el mismo medio de la nada; pero el viento soplaba mimoso sobre las caras de mi figura,  esfinge de piedra que aferrada a la tierra guardaba sus secretos, un hilo de agua, entonces comenzó a recórreme. La savia penetró en la piedra, en cada una de sus grietas, hasta llegar al corazón de ella misma, supe ahí, que la vida se me estaba dando, y aunque por mucho tiempo carecí de la vista y el oído, escuchar el agua dentro de mí, creo el espectáculo más hermoso que nadie puede imaginar, me vi nacer.
La exaltación se mantuvo ahí, hasta que comencé tras los torpes orificios de la cuenca de mis ojos, a ver la luminosidad que se exponía… El fuego regalaba el calor y de entre sus llamas podía sentir el halito que penetraba entonces por la nariz aun de piedra, la magia actuaba, cayeron los pedazos de piedra, uno a uno,  un cuerpo comenzaba a adaptarse a esta nueva vida.
Después de casi cinco mil años de haber estado atrapado en el elemento ¿Cómo es que estoy sintiendo conciencia? , -pensé por un instante- pero la magia que invadió el momento me transportaba a un sendero de luz de conocimiento, entregando lo que Hunab Kub quería grabar en mi pensamiento, y yo, sentía estar entre el letargo y el despertar intentando reaccionar, temblando ante el viento que soplaba, reaccionado ante el agua que limpiaba,  podía pues sentir que ahora sonreía alborozado y al sentir de nuevo el fuego deje de temblar.
A cada momento el mensaje del Dios y la misión encomendada me quedaba más claro. La antorcha una rama nacida de la misma piedra de la cueva, encendida, parecería danzar para acompañar el mágico momento en que yo estaba cobrando vida… Solo, pero acompañado de los cuatro elementos, estuve un momento inmóvil, luego, con las manos toqué la piel que ahora ya cubría este pequeño cuerpo.
Reaccione al sentir la vitalidad de los ojos, al choque de las pestañas y comencé a entender y comprender el movimiento, pude entonces volver la mirada hacia abajo, para ver en el charquito creado por el agua, el reflejo de la imagen…
Sonreí, chaparrito, pancita abultada, piel bronceada, -un poco cuarteada dije- pero debe ser por el tiempo, el tiempo suspendido en la anterior forma. Toque los bracitos, bastantes flácidos, -pero nada que con un poco de ejercicio no se pueda arreglar-, vi el reflejo de nuevo, y poniéndome en cuclillas advertí entonces la pronunciada nariz, este rostro gracioso de mejillas y parpados abultados; pero vivaz, despierto, con vida plena y felicidad total.
Abrí la boca y palpe con el dedo, -jummm pocos dientes- casi nada, pero así somos los ancianos… Me entretuve mucho reconociéndome, moviendo la cabeza de un lado a otro, estirando el cuello, noté los dedos de mis pies… jijijijiji… el gordo sobre todo, que gracias hacia, parecería que hablaran, ellos dos, los deditos gordos de los pies… Que comenzaron entonces a moverse, a baliar… “¡Deténganse!” –les dije, pero ellos no me escuchaban-. “¡Deténganse!!”. Y fue entonces que comprendí que el poder lo tenía yo, y que sólo yo, era capaz de dejar de moverlos… ¡Mágica vida! –Grite, una y otra y otra vez-
Abrí más los ojos, para reconocer el universo que me rodeaba, la luz se intensificaba a cada momento, me puse de pie y anduve por la cueva, descubrí, sobre una piedra de basalto negro, mis atuendos, este penacho hermoso… regalo de los quetzales, el jade, el ámbar y el coral… El taparrabo tejido por los árboles, hecho de sus cortezas. Y el collar que los venados y el jaguar me regalaron…
Extendí las manos, pude ver el mapa de la vida sobre las palmas de estas diminutas manos, -milagroso portento es vivir-.  Y suspiré, suspiré tantas veces como fue posible…
Ahora este mágico hallazgo, tenía que depositarlo en cada uno de ustedes; pero necesitaba el báculo fantástico, y así tan etéreo como todo había sido hasta este momento, la rama ardiente nacida de la misma piedra cobró vida y en un ritual digno de nuestra raza, de la rama se formó el báculo y fue coronado con el sello del Dios Hunab Kub.
La luz entonces brilló en todo el entorno y comenzó a convertirse en esta hermosa selva que conocemos, mis oídos se abrieron y escuché, al viento, al agua, a los árboles, el canto de las aves, y el sonido de todo ser viviente, esta acción fue tan maravillosa, que me dieron ganas de llorar
Había imaginado la vida, desde el centro de mi centro cuando fui de piedra y barro; pero jamás de la extraordinaria belleza que ahora contemplaba, estuve  unido en las paredes internas de la piedra brillando como el ámbar; pero ahora, la libertad de poseer el aliento, hacia sorprenderme a cada paso dado, como hasta ahora mismo me sorprendo pues brillaba, brilla y brillará la vida por siempre…
Tome el báculo y comencé a inquirirlos a cada uno de ustedes, la elección, la daría el instinto…

A Ti, Ka’ ansa (Cans’a) la sabiduría, el conocimiento, el aprendiz, mi sucesor…

Luego tú, Ah Izel (Aizel) el joven líder, el protector de la tribu.

La belleza, ternura, dulzura e indulgencia vinieron de tu alma apreciada Mactzil (Maczil).

Necesitamos la alegría y el buen humor, y por eso te elegí a ti Péeka’an (Pecán).

La fuerza, el espíritu aguerrido y el poder los vi en ti Hak’óol (Acol)…

Y no podía faltarnos el equilibrio, aunque tal vez se me haya ido la mano contigo Xot’ita (Chotita), pero aquí estás entre nosotros, aunque te cueste tanto trabajo creer…

Y finalmente tú pequeño aluchito nuestro…el más pequeño de todos, para recordarnos siempre, que jamás debemos perder el vinculo con el niño que todos llevamos por dentro, nuestro soñador Neeli (Noli).

Comprobé fervoroso que la elección fue idónea, inteligente e intuitiva.
Una tenue lluvia de polvo se despejo de sus figuras de piedra y barro al colocar el báculo sobre cada uno de ustedes y así como Hunab Kub, me dio el ánima, yo se las he dado ustedes.
Fue maravilloso, el momento en el que escuché sus voces, fue tan emocionante ese momento, que sentí la belleza del corazón latir, temblé; pero sabía que este temblor era el resultado de la emoción que sólo la vida puede ofrecernos. 
Nuestra tarea es hermosa, pues deberemos de entregar el verdadero mensaje de nuestros ancestros, desde este mismo centro mágico de nuestro universo maya, hemos sido creados sin precedente alguno para ser revelados ante los ojos de los humanos, somos los Aluches, una tribu de duendes para brindar gustosos a chicos y grandes nuestra filosofía y amistad, a todos aquellos que habrán de seguirnos hacia la apertura de la conciencia.

Hermosa historia amiguitos; pero ya casi es hora del atardecer, el momento para meditar y purificarnos, la noche con sus estrellas, habrán de traernos los sueños que habremos de cumplir mañana.

…El silencio reinó, cada uno de nuestros amiguitos se encamino hacia su espacio de meditación, el Nool, sonrío, se apoyó sobre el báculo para incorporarse y camino hacia su sitio, mientras una pequeña, y diminuta lucecita lo alcanzo, para luego adelantarlo y guiar su camino, Nool la vio y sonrío. Ella es Cocay, la mejor amiga del Nool, una luciérnaga mágica,  que en un  magistral vuelo entre giros y  molinetes se acerco hasta el oído del Nool, para susurrarle: -Te olvidaste amigo querido de decir quien eres-

El Nool esbozando una amable sonrisa la vio y asintió para casi musitar: Yo, soy  NOOL BALAM duende maya del linaje de los Aluches de la zona de Chiapas, de casi 5000 años, hortelano y sembrador de la paz y armonía en el planeta, un ser mágico de luz. Mi labor esta dedicada a transmitir el verdadero mensaje que habla de paz y esperanza, para formar un nuevo camino hacia la apertura de la CONCIENCIA HUMANA, en donde la humanidad logre reconocer que no existe mejor ambiente que el vivir en comunión entre todas las especies que habitan el planeta.
Erradicar el miedo para mostrar la enseñanza de la luz y mostrar los conocimientos sagrados que los prepararán para la edad de la comprensión. Lo único que deseo es estar en comunión con todas y todos ustedes para ir hacia el nuevo sendero que nos llevará a todos los seres vivos a una nueva vida llena de satisfacciones, en donde la paz y la felicidad habrá de representar toda acción.

…Y en la selva, los colores del atardecer pintaron todos y cada uno de sus rincones, un viento suave, delicado y calido acaricio al follaje, el Nool, suspiro agradecido y siguió caminando, pausadamente, rozando con el báculo lo que encontró a su paso, para llenarlo de vida, sonrío orgulloso, su tribu ahora esta completa


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