VALE LA PENA HACER ESTA
MEDITACIÓN
Esta meditación nos
señalará el camino a seguir, a aprender lecciones de sucesos ya pasados y a
encontrar una guía en nuestro camino, ya que es La Luz, la que enseña y te
responderá una vez te encuentres a su lado.
Tomamos una vela (el color
que quieras). Ataremos una llave a ella como símbolo de que será la
llave para abrir la puerta de nuestro portal mágico de luz para nosotros y
ungiremos con aceite de oliva la vela.
Para empezar nos
relajaremos en la completa oscuridad, solo nos iluminamos por la vela que nos
hará de puerta hacia sus secretos.
Respiramos profundamente y
espiramos y seguimos con la mirada fija en la llama, repetimos las
respiraciones por tres veces y tras ello cerramos los ojos poco a poco.
Creeremos ver aun la luz de
la vela delante de nosotros que poco a poco se trasforma en una luz fija al
fondo, una puerta abierta para nosotros.
Es allí, mientras que caminamos
hacia ella donde debemos dejar los miedos y llenarnos de gozo y seguridad de
encontrarnos con el universo.
Nos paremos en la puerta,
aun no entraremos y haremos nuestro saludo, hacemos lo siguiente:
“La mano en el pecho, luego
en los labios, luego en la frente y luego la alzamos al cielo, así tres veces
frente a ella”
Ya podremos entrar por el
umbral.
Inciensos y hierbas
olfateados ahora deslumbran nuestro olfato. Un suave calor de fuego y velas
eternamente encendidas nos abrigan el cuerpo y el alma. La estancia antigua y
circular estará repleta de curiosidades y allí encontraremos algunos objetos
que tú solo conoces, quizás algo perdido de gran valor para ti. En el centro de
la estancia estará un caldero viejo de barro hirviendo sobre unos viejos
troncos en llamas. Rodeados de escritos y objetos de incalculable valor,
empezaremos a sentirnos arropados, como en casa, a salvo de todo.
Nos dejamos a las
sensaciones cálidas para descubrir y sentir en todo nuestro ser que
nos encontramos en su interior. Estamos dentro de él, de la inmensidad del
universo en pleno.
En esta estancia, dentro de
ella, se te permitirá hablar con libertad, pero sin mentiras ya que ella ahora
está en nosotros y nosotros de ella. Podemos ahora preguntar y relatar lo que
nos ocurre, y esperaremos que nos llegue la respuesta.
Esta llegara mostrándote una
señal, en una imagen en la pared, una voz que te diga algo concreto, o mirando
cualquier objeto que encontraras allí. Viendo el mensaje de la vela, encontrado
una escrito para ti. Es posible incluso si los tienes tomar uno de tus
TUUNICHES y sentir su mensaje.
No debes tener miedo de la
respuesta, ni de la forma en la que responda pues es siempre sabia.
Una vez encontrada la
respuesta, daremos las gracias con nuestro saludo.
“La mano en el pecho, luego
en los labios, luego en la frente y luego la alzamos al cielo, así tres veces
frente a ella”
Y agradecidos saldremos de
allí cruzando el umbral y avanzaremos en la oscuridad donde
notaremos que regresamos a la realidad.
Respiramos profundamente
tres veces y vamos abriendo los ojos despacio para encontrarnos con la llama de
la vela.
Ya hemos vuelto, y si
notamos cierta tristeza y congoja es normal, allí se estaba mucho mejor y
podremos regresar.
Podremos apagar la vela
cuando terminemos dando las gracias por habernos guiado y utilizarla como
llave para las siguientes meditaciones.
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