lunes, 9 de abril de 2012

VOLVER A TENER 6 AÑOS



Con la presente, presento mi renuncia a ser adulto.

He decidido aceptar la responsabilidad de tener seis años nuevamente.
Quiero navegar barquitos de papel en un estanque y hacer patitos tirando piedras al agua.
Quiero recordar que los dulces son mejor que el dinero, pues se pueden comer.
Quiero tener un largo recreo y pintar con acuarelas.
Quiero salir cómodamente de mi casa sin preocuparme cómo luce mi cabello.
Quiero regresar a mi casa, que me reciban con una comidita casera y que alguien corte mi carnita.
Quiero recostarme a la sombra de un viejo árbol, y vender limonada con mis amigos en un día caluroso de verano o rentar cuentos colgados de un mecate.
Quiero abrazar a mis padres todos los días y enjugar mis lágrimas en sus hombros.
Quiero regresar a los tiempos donde la vida era simple...
Cuando todo lo que sabía eran colores, tablas de sumar y cuentos de duendes; y eso no me molestaba, porque no sabía que no sabía y no me preocupaba por no saber.
Cuando todo lo que sabía era ser feliz porque no sabía las cosas que preocupan y molestan.
Quiero pensar que el mundo es justo. Que todo el mundo es honesto y bueno.
Quiero pensar que todo es posible.
En algún lugar de mi juventud maduré y aprendí demasiado… Por eso regreso a mi infancia.
Aprendí de armas nucleares, guerras, prejuicio, hambre y de niños abusados y quiero olvidarlo.
Aprendí sobre las mentiras, matrimonios infelices, del sufrimiento, la enfermedad, el dolor y la muerte y también voy a borrarlo.
Aprendí de un mundo donde saben cómo matar y lo hacen y eso voy a erradicarlo.
Voy a volver a cuando pensaba que lo peor que pasaba era que alguien me quitara mi pelota, de jugar en soledad o me escogiera de último para ser su compañero de equipo.
Cuando no necesitaba lentes para leer.
Quiero alejarme de las complejidades de la vida y avivarme nuevamente con las pequeñas cosas una vez más.
Quiero ser inocente y pensar que todo el mundo es feliz porque yo lo es y lo será.
Caminar de nuevo en la playa pensando solo en la arena entre los dedos de mis pies y la caracola más bonita que pudiera encontrar sin preocuparme por la erosión y la contaminación.
Pasar mis tardes subiendo árboles y montando mi bicicleta hasta llegar al parque, sin la preocupación de que alguien me pueda hacer daño.
No voy a preocuparme por el tiempo, las deudas, o de dónde voy a sacar el dinero para arreglar el carro.
Sólo pensar en qué voy a ser cuando grande, sin la preocupación de lograrlo o no.
Quiero vivir simple, nuevamente.
No quiero que mis días sean de computadoras que se inhiben, de la montaña de papeles en mi escritorio, de noticias deprimentes, ni de cómo sobrevivir unos días más al mes cuando ya no queda dinero en la cuenta.
No quiero que mis días sean de facturas de médicos o medicinas.
No quiero que mis días sean de chismes, enfermedades y la pérdida de seres queridos.
Quiero creer en el poder de la sonrisa, del abrazo, del apretón de manos, de la palabra dulce, de la verdad, de la justicia, de la paz, los sueños, de la imaginación y de la palabra dada.
Quiero creer en la raza humana y quiero volver a dibujar muñecos en la arena...

¡Oh, si! Quiero volver a mis seis años nuevamente... y ya está decidido.

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