“Su mayor logro no fue ganar, fue mostrarle al
mundo que cualquier cosa es posible cuando sigues tus sueños” dice el
eslogan de la película, que se reafirma con la historia que nos presenta, un
canto a la esperanza y a la solidaridad en momentos difíciles.
La cinta evoca el ambiente que se vivía a fines
de los años ‘50 tanto en Monterrey como en los EE.UU., incluyendo aspectos
dolorosos como el racismo en los estados del Sur de este país. Aunque con
algunas alteraciones “hollywoodescas”, la narrativa se apega a la historia
original en lo fundamental y destaca las virtudes necesarias para triunfar sin
importar el tamaño de los obstáculos: solidaridad, persistencia, generosidad,
optimismo, así como el apoyo paterno. De esta manera, “El Juego Perfecto” es una
película que inspira y divierte. Muy recomendable para toda la familia.
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