Imagina y ahora observa
un matapalo (o cualquier otro árbol). Contémplalo de verdad. Su tronco,
cubierto de corteza rugosa, se ha desarrollado durante muchos años, acariciado
por el viento, y besado por la lluvia, desde hace más de dos siglos. Hunde sus
raíces en la tierra que lo nutre. Sus ramas se elevan hacia el cielo.
La
luz juega a través de su follaje, creando claroscuros renovados a través del cambio de las estaciones.
Sigue contemplándolo. Poco a
poco, te irá resultando cada vez más familiar. Aprenderás a conocer todos sus detalles. Lo sentirás vivo y
te irás aproximando a él a través
del pensamiento. Continúa observándolo.
En
cualquier momento, se habrá vuelto lo suficientemente familiar como para que sientas la distancia, la diferencia
entre ambos disminuir progresivamente. Tendrás la sensación de penetrarlo, de
convertirte tú mismo en un matapalo.
Además de impregnarte de su vida, el matapalo te rodeará con su energía, que podrás sentir
después de un cierto entrenamiento.
Tu
cuerpo tendrá la impresión de que se «comunica» con este árbol. Te fundirás. Tú también
sentirás que algo tuyo se funde con él.
Él lo percibirá. He aquí la interpretación de los equilibrios mediante las
ondas. ¿Sabes qué es lo que acabarías de vivir en ese momento?
¿Un ejercicio de meditación?
No!!!.
¿Una idea sobre lo que es un árbol? No!!!.
Habrías vivido una EXPERIENCIA MÁGICA.
PRACTÍCALA!!!
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